Después de leer la carta, miré al camarote de arriba, noté que tenía un cajón a un lado, así que bajé la mirada y ahí estaba mi cajón, era igual al ancho de mi cama. Lo jalé y encontré la ropa de la que hablaba la carta.
No era ropa de trabajo, sino ropa casual, además de algunas cosas de aseo y una toalla.
Saqué lo que necesitaba y decidí revisar lo que había en el cajón del tocador al lado de mi cama.
En el primer cajón del tocador había un diario y un lapicero, en el segundo cajón encontré unos delantales. Supuse que debía ponerme un delantal antes de salir.
Caminé por el lugar hasta que encontré el baño, no había entrado a uno por casi un mes, así que fue como el cielo. También tenían agua caliente y el gel de baño de limón se sentía fresco, me lavé el cuerpo y el cabello, hasta tenían acondicionador. Fue increíble.
No podía creer lo bien que trataban a sus trabajadores, eso era mucho mejor que en Gad.
Había visto a los Omegas de Gad un par de veces, cada vez que los veía, parecía