"Esto es todo lo que podemos hacer desde que el Rey ejecutó a nuestro Alfa." Se quejó, confirmando lo que creía, era una de las desplazadas.
"Supongo que tendrás tiempo para reflexionar en la cárcel." Le dije, pero se negó a moverse.
"Por favor, no me hagas arrastrarte." Le dije mientras la jalaba.
"Eres tan malvado como los demás, ¿no se supone que eres el Alfa, jefe del Este y también el líder del consejo? ¿No deberías intentar ponerte en mis zapatos y darnos una solución? Todos ustedes son unos malditos crueles. Escuché que eres el mejor amigo del Rey Oscuro y de esa perra despiadada que se cree una maldita reina." Exclamó.
Eso fue suficiente para mí, la levanté y la empujé contra la puerta, sujetándole los brazos con fuerza mientras gruñía.
"¿Cómo te atreves a hablar mal de tu Rey y tu Reina? Antes deberías agradecer que tus manadas no fueron eliminadas por culpa de la traición de tu Alfa." Le dije.
Ella intentaba mantenerse firme, pero pude ver sus ojos llorosos y olí su miedo, e