La habitación era muy linda y cuando vi la pared entendí lo que quería la Omega. Había fotos de Leo y Tamia colgadas en todas partes. Me acerqué a mirarlas, había unas grandes y otras pequeñas. No tenían polvo, así que significaba que las habían puesto recientemente o tal vez las cuidaban mucho, de hecho, pude oler el aroma de Vanessa en ellas; esa estúpida Omega.
"Se supone que esta es la habitación principal, así que no sé qué hacer con las fotos." Dijo la perra y me eché a reír, ¿acaso pensaba que yo era una resentida?
"Quita las que tienen a la reina Tamia con Leo y deja solo las que sean de la reina." Le ordené, sin querer que el Rey Sylvester viera fotos de Tamia y Leo juntos.
En las que aparecía ella solo eran hermosas y sabía que le gustaría tenerlas en las paredes, tal vez hasta se llevaría algunas al Norte. Solo esperaba que algún día nos visitaran.
"¿Y qué hacemos con la ropa y las joyas que están en el armario?" Preguntó Vanessa.
"Déjalas ahí. Es la reina y se quedará