Theo a menudo escribía cartas a casa.
Aunque ya era una época de comunicación conveniente, aún escribía frecuentemente a su Susana y abuela Rafaela, también a sus hermanitas. Ocasionalmente también le enviaba al tío Lucas una caja de puros de marca inglesa, pero el joven nunca se los daba directamente, sino a través de las manos de Susana.
Cada vez que recibían cosas de Theo, toda la familia se reunía alrededor. Como repartiendo un botín.
Carla siempre recibía una foto de Theo, la guardaba como un tesoro en un álbum. Theo enviaba una cada mes, cuando Carla juntara cien, Theo pronto regresaría para no irse más.
Jazmín recibía dulces que Theo enviaba, de todo tipo, con empaques muy bonitos. Al desenvolver uno y ponerlo en la boca sabía dulce, y además en la cajita de dulces venía una tarjeta escrita a mano por Theo.
Era inglés que Jazmín no entendía.
Dalia recibía leche en polvo y juguetes de Theo.
Susana y Rafaela recibían bufandas de marcas inglesas y cosas así. En fin, el joven consid