También le comentó que Aitana tenía pocos amigos y escasos familiares.

¡En el futuro, manténganse unidos!

De esta manera, Damián fue haciendo peticiones y caminando, organizando todos los asuntos. Su condición física también se fue deteriorando considerablemente con el paso de los días, frecuentemente perdía la memoria, y algunas veces durante el día, los períodos en los que lograba recordar las cosas no llegaban ni a 6 horas.

Más adelante, empezó a pasar menos tiempo en el hogar.

Ya que continuamente olvidaba las cosas, olvidaba a Aitana, también olvidaba a los pequeños. Siempre permanecía en las oficinas de la compañía, únicamente volvía a casa cuando se encontraba en condiciones favorables.

En los encuentros, la trataba con dulzura, como si fuera un tesoro invaluable.

Pero en los momentos de ausencia, era prácticamente imposible comunicarse con él por teléfono, pues no recordaba.

Era constantemente Milena quien respondía las llamadas, era constantemente Milena quien explicaba que el