Maite se quedó inmóvil. Nunca se había planteado esa pregunta. Desde que se casó con Miguel, amarlo parecía un instinto natural. Siempre había girado en torno a él. Pero jamás se había preguntado si todavía lo amaba.
...
Durante una semana, Maite estuvo reflexionando, considerando si debía renunciar y viajar al extranjero.
El viernes por la tarde, a las dos, en un almuerzo de negocios en cierto hotel.
Maite, con un elegante vestido blanco, atendía a los invitados junto a su jefe. Aprovechó un momento para mirar su teléfono y vio un WhatsApp de Miguel.
"Dana y yo te esperamos en el aeropuerto."
...
Maite se quedó momentáneamente distraída.
Su jefe, Simón Zuloaga, le preguntó sonriendo:
— ¿Alguna urgencia?
Maite negó con la cabeza.
Simón señaló con la barbilla:
— El proyecto está prácticamente cerrado. La próxima semana, en la reunión de la empresa, propondré que seas la subdirectora del proyecto. Sigue así, Maite, tu futuro no tiene límites.
Maite sostenía una copa de champán y brindó s