Capítulo 23. La desconocida
POV VALERIA
Veo como se adelanta un par de pasos y luego voltea para ver la expresión de asombro en mi rostro que no puedo controlar.
«Cierra la puta boca Valeria, pareces tonta». Me regaño a mí misma.
Lo veo reírse de mí y sé lo está haciendo para joderme, pero no me voy a dejar de él.
Me acomodo las cosas como puedo para cargar con ambas maletas y mi cartera más su chaqueta, mientras lo veo saludar con una sonrisa al piloto.
Mantengo una sonrisa en mi cara, aunque le quiero estampar la maleta en la cabeza. Aparentemente, para Alejandro Lancaster, el concepto de profesionalismo y amabilidad, están demasiado alejados de la realidad.
Llego antes de que él comience a subir las escaleras y lo oigo presentarme como su asistente personal.
Las azafatas me ayudan con las maletas y lo agradezco, porque así puedo subir con comodidad detrás de él.
—Apenas aterricemos, necesito que reserves en un restaurante bastante elegante. No sé cuál, confío en tu buen juicio, si es que tienes alguno —habla