La familia de Evelyn siempre ha tenido dinero y es una de las razones por las que se alejó de sus padres en un intento de abrirse camino en el mundo del arte sin que su apellido fuera impedimento. Sin embargo, cuando su padre entra en bancarrota, no le queda más que suplicar por la ayuda de Evelyn: necesita que su hija acepte la oferta de matrimonio que su jefe le ha ofrecido. Wilhelm Evans es un hombre con el que Evelyn solo ha convivido en una noche inolvidable y cuya presencia es tan imponente que incluso sus empleados le tienen miedo. Por el amor hacia sus padres y por la oportunidad de obtener dinero para terminar sus estudios, Evelyn acepta. ¿Qué traerá este matrimonio a la fuerza? ¿Es el jefe de su padre tan malo como parece? ¿Es amor o pasión lo que los atrae el uno del otro?
Leer másPor supuesto, el nombre de Rebecca Gollbing cala en la mente de Evelyn de inmediato. Liam le mencionó el nombre en la noche de cena elegante, le dijo que era muestra de su confianza y Evelyn, en algún punto, lo olvidó por completo. Días al lado de Wilhelm, con eso creciendo entre ellos y la lucha por comenzar a realizar su cuadro para la universidad hicieron que Evelyn perdiera la noción del tiempo. Ahora, la sola imagen de Rebecca Gollbing que se le presenta en mente hace que el estómago se le revuelva. —Rebecca Gollbing —asiente Lorenzo y Evelyn quiere que deje de decir su nombre—. Es la hija menor de Lukas Corallo. —No tiene su apellido. —No— se encoge de hombros—. A Lukas se le conoce en el alto y en el bajo mundo de Europa. Todos los famosos de América están en medio y no quería investigaciones innecesarias. Le dio el apellido de su madre, creo que se llamaba Ava, Ava Gollbing. Era una estrella famosa aquí o algo así— mueve la mano con desgana. —Era una actriz —interviene Lia
—Evans tiene negocios por todo el mundo, los sabes— dice Liam por sobre el humo—. Ha llegado a muchos continentes y no hay sistema de entrega que le haga competencia, tiene un gran sitio web, mucha publicidad y un gran servicio. ¿Quieres transportar algo? Evans es la solución. Hay de todo: pedidos por paquetería, pedidos por aplicaciones, transportes de toda clase. Es normal que necesite ayuda para llevar a todo a todos lados.—Por eso están ustedes —completa Evelyn. Su padre tuvo socios a lo largo de los años, nunca fueron lo suficientemente importantes para ponerlos junto a su nombre en la empresa y confiar demasiado en uno fue lo que le llevó a la quiebra, pero Evelyn sabe la función de los socios en una empresa que comparte título.—Para eso estamos nosotros— Liam asiente—. Yo le proporciono los comercios en América, desde el norte hasta el sur, Lorenzo lo tiene en el continente europeo con sus contactos desde Italia y O’Neil ayudó a cerrar el último trato para expandirse por Asia
Liam suelta completamente a Evelyn y se deja caer sobre la mesa de reuniones con un suspiro cansado en el momento en que los pasos del señor Corallo se dejan de oír por el pasillo y el timbre del ascensor llena el silencio. Evelyn siente su corazón calmarse de manera ligera, pero no puede apartar la vista de la puerta, como si todavía tuviera al señor Corallo viéndola de esa manera tan desagradable. Frente a ella, Lorenzo y O’Neil la observan con cautela antes de Liam llame su atención.—Mierda —susurra con la cara contra la madera fina—. Me duele la cabeza, ¿dónde se supone que esta ese café que pedí hace tanto?—Calmate, biondo.—¿Por qué tardaron tanto?—No estaba en mis planes aparecerme por aquí. O’Neil me arrastró por mi edificio sin decirme mucho y el estúpido de su chofer casi hace que choquemos dos veces antes de llegar.—No puedo creerlo —O’Neil niega con la cabeza mientras pasa los papeles que los abogados le han dejado en la mano—. Ni siquiera se han leído la primera págin
—Lukas—Evelyn es capaz de escuchar el rechinar de dientes de Wilhelm, hay advertencia en su voz. A su lado, Liam extiende su mano y la posa sobre su muñeca, como si quisiera contener a Evelyn—. Habíamos acordado otra fecha para tratar este tema, ahora no es el momento ni el lugar para hablar de esto.—Eso habías dicho, pero yo tengo mi propio horario. Pensé que te gustaría una visita de manera presencial, especialmente cuando tenemos un tema pendiente e importante para discutir.A su alrededor, los abogados permanecen callados, pero se mueven de un lugar a otro, pasando hojas de papel y sellos de mano en mano. Evelyn sabe que no son completamente ajenos a la conversación, pero se quedan en silencio, solo esperando a que el señor Corallo les dirija la palabra.—Lo sé, Lukas. Aun así, siempre es bueno una pequeña advertencia en lugar de una aparición inesperada.—Mis visitas inesperadas te molestan, pero cuando mi hija solía hacerlas te parecían fascinantes, ¿no es cierto?Wilhelm se pa
Mientras Evelyn sube por el ascensor en el impersonal edificio de oficinas, siente cómo sus manos se aferran al pasamanos con una tensión casi dolorosa. El zumbido mecánico que acompaña su ascenso parece amplificar sus nervios, y su mente da vueltas a todas las posibles situaciones que la esperan en cuanto tenga a Wilhelm frente a ella. Su corazón late con una mezcla de anticipación y ansiedad, y sus ojos, fijos en las cifras que indican los pisos, parecen no querer moverse. Su respiración se hace más superficial, y solo puede esperar que la incómoda travesía vertical llegue a su fin pronto.De hecho, le toma un momento darse cuenta que Liam le está hablando.—Enserio necesito que veas todo con la cabeza fría, Evelyn.—Ni siquiera sé de qué me estás hablando.—Lo sé. Le dije a Evans que esto tenía que estar solucionado d
Evelyn desciende del lujoso automóvil y observa con admiración el imponente edificio de la compañía de exportación e importación de su esposo. El edificio, situado en el corazón de Los Ángeles, se alza majestuoso y moderno, un testimonio de la importancia y el alcance global de la empresa Evans. El exterior del edificio es una combinación perfecta de arquitectura contemporánea y elegancia empresarial. Las paredes de cristal tintado reflejan el resplandor del sol de California, mientras que la fachada de acero y granito da una impresión de solidez y seriedad en los negocios. Unas elegantes letras doradas en la entrada proclaman el nombre de la compañía, “Evans & Socios”, destacando su renombre en el mundo empresarial, especialmente con los aliados de Wilhelm.—¿Todo bien, señorita? —la voz de Mark detrás de ella sobresalta a Evelyn. No se ha fijado que él también está fuera del auto y que la mira con preocupación.—Sí, Mark. No es nada.—¿Quiere que la espere? —Evelyn da una mirada al
—¿Bueno? —Liana contesta al tercer timbre —. ¿Es acaso Evelyn Taylor, la chica que se hace llamar mí mejor amiga pero que no me ha llamado en casi tres días?—Liana…—¡No! Yo sé que tienes un suggar daddy ahí contigo y que tienes que complacerlo carnalmente para poder darte tus lujos, ¡pero yo soy tu mejor amiga! ¿Sabes que hice para vengarme? Me gaste una buena cantidad de billetes de tu hombre, con la tarjeta que él me dio en forma de sacrificio, y no me arrepiento de nada.Evelyn se queda en silencio un momento, pero las dos amigas no tardan en estallar en carcajadas.—¡No es mi suggar daddy!—¿Enserio, Evelyn? —Liana se escucha divertida —. ¿No tiene el doble de tu edad, mucho dinero y te compra lo que sea que le pidas?—No le pido nada, tengo mi propio dinero.—No negaste todo lo demás.—Creo, que eres tú la que quiere un suggar daddy.—Ah, yo tampoco voy a negar eso.Evelyn no puede evitar reírse de nuevo. El estrés que la última hora le ha causado parece disminuir levemente. La
El desayuno que Chloe les prepara es tan delicioso como de costumbre y Evelyn se relame los labios cuando termina el postre.Wilhelm, a su lado, se ríe suavemente.—Tienes algo de chocolate en la barbilla —dice y Evelyn se queda quita mientras él pasa una servilleta con suavidad por sobre su piel.Evelyn, sin poder evitarlo, se estira hacia Wilhelm y deposita un suave beso en sus labios. Wilhelm parece complacido y se termina su café sin problemas.—¿Pintarás algo hoy?—Tengo un par de pedidos pendientes. Mi perfil de eBay comienza a hacerse famoso luego del cuadro que pinte hace unos días. ¿Recuerdas? El retrato de la familia con sus siete hijos.—Sí. Te quedó espectacular, lo recuerdo.—Bueno —Evelyn se sonroja levemente—. Al parecer son una familia de influencers o algo parecido. Viven en Arizona y subieron una foto del cuadro a sus redes sociales y desde entonces varios han preguntado por trabajos parecidos.—Me alegro mucho, querdia Evelyn. Es bueno verte tan feliz.Lo cierto es
Liam coloca su mano en la cintura de Evelyn y la atrae hacia sí con algo más de delicadeza de lo que Evelyn se espera. A su alrededor, las personas comienzan a unirse a ellos en la pista de baile y las luces, que durante la cena estuvieron en su máximo esplendor, decaen un poco, dando paso a un ambiente más íntimo que, con la cercanía de Liam, hace incomodar un poco a Evelyn.—Ah, ¿te molesta algo, cariño? —susurra Liam, cerca de su oído. Es más alto que Evelyn, aunque sea el más bajo de los socios de Wilhelm, así que él tiene que inclinarse para hablar con ella—. ¿Acaso no te gusto lo suficiente para que disfrutes bailar conmigo?—No te entiendo —Evelyn masculla, manteniendo la sonrisa en su rostro para evitar llamar la atención de la gente que, como comprueba mientras se mueve por la pista, no les quitan los ojos de encima.—¿Qué cosa?—A ti. Eres amable conmigo, incluso bueno algunas veces y luego, cuando estás con Lorenzo o Reece pareces cambiar totalmente tu trato conmigo—Evelyn