Llegué a la casa y tomé a mi hijo en brazos, él era el único que podía reconfortarme, porque es la viva imagen de su padre y una perfecta muestra de lo mucho que nos amamos. El mi pequeño príncipe, ese que saca sonrisas de no las hay, es mi esperanza y mi fiel compañero. Hijo, te juro que tendremos a papá de nuevo en casa para seguir siendo felices, Ahora entiendo por qué estaba tan irritado los últimos días, ¿quién sabe cuándo tiempo tenía callando ese malestar? Lo que me lleva a preguntarme como no me di cuenta de que mi esposo estaba sufriendo, no se supone que lo conozco mejor que nadie. Mejor no llevo mis pensamientos por ese camino, hijo, necesito que te vayas con tu abuelito porque papá está enfermo y mami tiene que cuidarlo hasta que mejore, te amo mi vida.
—papá, papá —si mi príncipe, papá necesita que mami lo cuide, Prométeme que te portaras bien.
—él sonríe y se me reinicia la vida, por ti debo tener fuerzas para sacar a tu padre de esta situación, porque no quiero que c