Eleanor no tenía idea a dónde se había metido, había escuchado de la posesividad de los mafiosos pero nunca esperó encontrarse envuelta ella misma en esa situación
— ¡No vas a poder vigilarme, en el lugar donde estoy solamente hay hombres y mujeres que son leales al gobierno americano, esa zona es blindada para ti, Castrioli!
— ¡No me llamo Castrioli, mi nombre es....!
— ¡No me lo digas, no quiero saber con quién acabo de hacer esta gran estupidez, este ha sido el peor error de mi vida, lo estoy arruinando todo, si un día tenemos operativo y te atrapan con las manos en la masa tendré que arrestarte, a ti, a mi primera vez! — Eleonor estaba un poco histérica
— Entonces hazlo, si te atreves hazlo, y si no quédate a mi lado como mi mujer, te prometo que yo te protegeré de la DEA y del mundo, estarás segura conmigo
— ¿Crees que necesito que me defiendas? ¡estoy en un lugar seguro, tengo un trabajo, un buen sueldo, un techo sobre mi cabeza...!
— Pero ahora eso dejó de tener importancia, ah