Capítulo sesenta y tres
Pov Irina
Me muevo de un lado a otro en la gigante cama sin saber cómo posicionarme. Pataleo y quito la colcha de encima de mi cuerpo.
Mejor voy a ver como están los niños.
Abro la puerta de madera rústica y las luces del pasillo me hacen cerrar los ojos, que iluminación más fuerte, me acostumbro a la luz y sigo el bullicio de las chicas en la casa, abro la puerta y todas giran en mi dirección.
Con mis ojos identifico a cada uno de mis niños despiertos y dando lata en los brazos de algunas, me recuesto en el marco de la puerta y sonrío.
—Señora Irina, disculpe si la despertamos, es que nosotras no teníamos sueño y vinimos a ver a los niños.
—Y vimos que Tina no podía con los cuatro y nos quedamos aqu&iacu