_ ¡Buenos días... buenos días! _ una voz chillona e hilarante resonó por todo el pent-house de James _ ¿No hay nadie en esta casa?
El ama de llaves fue inmediatamente a recibir a Patrick.
_ ¡Señorito! _ dijo la mujer llevándose las manos a la boca _ ¡que alegría verlo aquí!
El se acercó a la mujer la abrazó y le dio un beso.
_ Paquita, que bueno verte _ le pellizcó la mejilla _ y... ¿Dónde se encuentra el divertido de mi hermanito?
La mujer se encogió de hombros.
_ Ay señorito, su hermano anda un poco extraño... no quiere comer, apenas duerme, ni siquiera va a trabajar _ dijo con tristeza _ estoy muy preocupada por él. Ni el señor Peter ni Alan han logrado que entre en razón _ puso sus manos en la cintura en posición de jarrón _ Yo que le cocino con tanto amor y él rechaza todo.
Patrick la escuchó con atención y seriedad, por un momento abandonó la jocosa personalidad que tenía. Se preocupó por su hermano, James no era así. A él nada le afectaba, siempre se mantenía esto