Disimuladamente, Anna siguió a Sofia hasta el baño, sin darle tiempo a Aidan para que hablara con su esposa. Apenas entró al tocador, encontró a la chica con los ojos enrojecidos y totalmente consternada.
_ Yo ... yo ... _ musitó Sofia, sin poder hilar las palabras.
Anna suspiró y avanzó hacia ella, mirándola con compasión.
_ No es necesario que digas nada _ le dijo con firmeza _. Sé que no tendría que estar aquí, hablando contigo. Como abogada de la otra parte, no es ético hacerlo. Pero, en este momento te pido que me veas como una amiga y alguien que quiere ayudar no solo a James sino a ti también. Alguna vez, cometí un gran error que casi me cuesta la felicidad... _ sonrió, tomándole la mano con suavidad _. Si me permites darte un consejo, te voy a decir esto: no dejes que la felicidad siga pasando frente a tus ojos. Si amas a James, detén todo esto y deja que tome el lugar que le corresponde en la vida de Alex. Tú eres la única que puede terminar con esta situación de una ve