— Toma asiento, vamos a revisarte tu tobillo no vaya a ser te hayas lastimado más de la cuenta — dijo Noah dejando caer lentamente a Isabelle sobre su silla ejecutiva
— Así puedo despedirte por fallar en tu primer día — bromeó mientras se agachaba a desabrocharse su tacón con mucho cuidado
— Podrías despedirme por muchísimas más cosas, pero lo mejor es no nombrarlas… ¿No crees?
Noah hizo referencia a lo sucedido horas antes en el callejón donde tuvo que recurrir a acciones poco éticas con el fin de salir del paso.
— Tienes toda la razón, estás a nada de que te despida y aquí sigues… Que caballero comprometido con su trabajo
— ¿Con el trabajo o contigo? — preguntó guiñándole el ojo
Isabelle sonrió algo nerviosa ante el comentario de Noah, estaba siendo un día sumamente caótico en todos los sentidos y todo desde que conoció a este joven con aspecto extranjero del cual no sabía casi nada, pero ya hasta sus labios se habían conectado entre sí.
Noah tomó con mucho cuidado el pie