La mayoría de las veces, Jules se habría encogido de hombros y habría dejado que aquella hermosa joven se saliera con la suya. Sin embargo, había sido testigo del verdadero poder de James. Él solo difundía el inmenso poder del Mundo Maldito y hacía que una poderosa figura tuviera tanto miedo que huyera. James era una figura cuya existencia era tan poderosa como el Noveno Cielo del Gran Grado Emperador. Un hombre así no debía ser ofendido, porque una vez que James se enojara, incluso el Pabellón del Elixir tendría que pagar un alto precio.

Monica estaba atónita. Miró a James con montones de preguntas en su mente. ¿Quién era ese hombre? ¿Por qué le tenía en tan alta estima el Joven Amo del Pabellón del Elixir? Cuando detuvo sus pensamientos, se acercó a James y lo saludó: "Soy Monica Trinity, del Pabellón Mundial. ¿Puedo saber quién eres exactamente y en qué puedo ayudarte?".

Jules respondió con un gruñido: "Tener aquí a James debería ser un honor para el Pabellón Mundial. ¿Por qué hac