Capítulo 118
|| Punto de vista de DANTE ||
La sala se llenó de murmullos densos e incómodos cuando las últimas palabras de Rossie resonaron en las grandes paredes. Podía sentir las miradas de todos los invitados clavadas en mi espalda, cada uno esperando una respuesta, una decisión, un veredicto. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, pero mi rostro permanecía impasible. Había dominado el arte de ocultar mis emociones; crecer bajo el dominio de mi abuelo me había enseñado mucho.
Pero nada podría haberme preparado para este momento.
Mi abuelo dio un paso adelante, golpeando con fuerza el suelo de mármol con su bastón, con el rostro desencajado por la furia y el desdén. Su voz, aguda y autoritaria, rompió el silencio como una espada.
—Una hija ilegítima nunca será la heredera de la familia De La Torre —espetó, mirando a Rossie como si fuera una enfermedad que había que purgar—. Ningún papel ni ninguna fotografía antigua cambiarán ese hecho.
Rossie palideció, pero se mantuvo firme, lev