Capítulo 112
|| Punto de vista de DANTE ||
La noche era tranquila, salvo por el suave zumbido de las luces de la ciudad fuera de nuestra ventana.
Bellona yacía recostada contra mí, con la cabeza apoyada en mi pecho y los dedos trazando perezosamente círculos sobre mi piel.
Parecía tranquila, radiante, como si el mundo entero se hubiera desvanecido y solo quedáramos nosotros dos.
Le besé la frente, respirando el dulce aroma de su cabello.
«Sabes», murmuré, sonriendo para mis adentros, «todavía no puedo creer que esto sea real».
Ella levantó la cabeza para mirarme, con los ojos llenos de ternura.
«Es real», susurró. «Por fin somos libres».
Me incliné para besarla, sintiendo que ella respondía con la misma ternura.
Era uno de esos momentos raros y perfectos en los que todo parecía estar bien.
Pero entonces ella jadeó.
Al principio, pensé que solo estaba sorprendida por la intensidad de nuestro beso, hasta que su rostro se contorsionó de dolor.
«¿Bellona?», me incorporé rápidamente.
Ella