Óscar no durmió profundamente y se despertó cuando el hombre le abrazó.
¿No sería embarazoso si se despertara?
Óscar se hizo el dormido hasta llegaron a la casa.
Magnolia miró a los dos niños y luego cerró suavemente la puerta, notando que Ricardo tenía sudor en la frente.
Yolanda le dio un vaso de agua, —Toma un poco.
—Gracias.
Ricardo cogió el agua y bebió un sorbo, —me voy.
Magnolia le miró a la espalda, se acercó a la puerta, le dijo, —no hace falta que te las tomes a pecho las palabras de la señora Vargas.
Ricardo se detuvo, —ha dicho la verdad.
Magnolia vio su espalda mientras se marchaba, y finalmente no fue tras él.
No creía que la señora Vargas conociera también la identidad de Ricardo desde hacía mucho tiempo, y ¿cuál era el estado de ánimo de la señora Vargas cuando se enfrentó a Ricardo todos estos años?
Yolanda llegó a su lado, —¿Qué ha pasado? No parece que Ricardo esté de muy buen humor.
—Nada, hoy hemos ido al parque infantil y los niños han pasado bien.
Yolanda la miró