Mundo de ficçãoIniciar sessãoEl Templo de Isis se alzaba con una gracia más sutil que la imponente grandiosidad del Templo de Amón. Sus paredes, adornadas con delicados relieves que representaban a la diosa de la magia y la maternidad, irradiaban una atmósfera de calma y serenidad. Nefertari llegó discretamente, acompañada solo por Baketamon, sintiendo un alivio inmediato al pisar un lugar que prometía un respiro de la sofocante formalidad de la corte.
Serket la esperaba en un pequeño patio interior, donde una fuente murmuraba. Vestía una túnica de lino azul pálido. Al ver a Nefertari, sonrió.
—Princesa Nefertari —dijo Serket, inclinándose respetuosamente.
—Serket —respondió Nefertari—. Gracias por recibirme. Este lugar es… un reconfortante para el alma.
Se sentaron en un banco de piedra, a la sombra de una higuera. La conversación comenzó con el proyecto de caridad para los arrabales. Serket expuso sus ideas con pasión, habland







