—Princesa —dijo Menkat con una voz que él pensaba era encantadora.
Nefertari tardó un momento en levantar la cabeza. Sus ojos profundos y oscuros no mostraban emoción alguna y era como si lo mirara a través de una densa bruma.
—Príncipe.
—He oído que la modista ha traído tu vestido de presentación. ¿No estás entusiasmada?
—Es un vestido —contestó ella volviendo a bajar la mirada al papiro.
Menkat sintió un latido de rabia. Se sentó a su lado, lo suficientemente cerca como para que ella sintiera su presencia.
—Un vestido que marca el comienzo de nuestro futuro. Mi tio el faraón, está muy contento con este acuerdo.
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