A Nefertari y Baketamon las arrastró la multitud. Un empujón fuerte las separó. Nefertari tropezó con una cesta de frutas y cayó de rodillas. El velo se le cayó, mostrando su cara. El toro con los ojos rojos y los cuernos afilados se acercaba mucho, como echando humo por la nariz. Nefertari intentó levantarse pero el miedo la paralizó.
Soltó un grito. Cerró los ojos, esperando el golpe.
Pero no pasó nada.
De repente alguien se puso entre ella y el toro. Un tipo fuerte y ágil la empujó a un lado, contra un puesto de cerámica y con una rapidez increíble se lanzó contra el toro haciéndole cambiar de dirección con un golpe en el brazo. El toro gritó, mareado, y siguió corriendo por otro pasillo.
Nefertari abrió los ojos, con el corazón a mil. Levant&oac