86.
—¡Cállate! ¡Eso no es cierto! ¡No lo es! ¡No puede ser! —grita Cirice cargada de decepción y a punto de caer al suelo por el dolor que diezma sus fuerzas.
Morgan la sostiene por los codos e intenta verla directamente a los ojos, pero ella simplemente los mantiene cerrados con todas sus fuerzas.
—Tranquilízate… Por favor… No pierdas la cabeza —dice Morgan intentando hablar con Cirice. La abraza con fuerza y acaricia su cabello, aunque las palabras de Atabae le han calado en el fondo del corazón, no puede imaginarse a Cirice en los brazos de ese hechicero.
—Yo no sabía… No lo sabía… Él era idéntico a ti… Pensé que eras tú, pensé…
—Pensaste mal… pero tu cuerpo reaccionó como si hubieras hecho el amor con el hombre al que amas… y no mintió, solo que te será difícil asimilarlo —dice Atabae intentando acercarse a la pareja y separarla, pero Morgan siente sus intenciones y voltea de inmediato hacia él, confrontándolo, viéndose fijamente el uno al otro con la furia en la mirada.
—¿Estamos li