El destello de una cabeza negra plateada me llamó la atención
-Evan!. - Grité, pero el bullicio del gentío amortigua mis gritos
-Evan!. - Grité más fuerte y traté de hacerme camino hacia él de entre la gente.
Bufé iracunda. ¿Justo ahora debían aparecer una multitud de personas que no me dejan ver dónde está Evan y ni siquiera dejan que él escuche mis gritos?
-Evan!. - Grité a todo pulmón y entonces esa cabeza se giró y empezó a buscar entre la multitud
-Aquí!.- Grité por cuarta vez alzando un brazo para que pueda verme
Él al instante me reconoció, entonces aproveché y me abrí paso rápidamente
Llegué junto a él y me doble a mi misma tratando de respirar correctamente o tan solo que llegue más oxígeno a mis pulmones
De segur