-Entonces le dije que la cena estaba deliciosa y que él era increíble..
Hubo un pequeño grito de emoción, las doncellas y yo estábamos sentadas en mi habitación. Yo contándole sobre Evan y ellas escuchándome atentamente.
Salté en mi lugar al oír un carraspeo cerca de la puerta.
Las doncellas al instante se levantaron del suelo y se pusieron en una esquina de la habitación con la cabeza gacha y las manos en la espalda.
-¿Quién es increíble?. - al levantar la vista lo vi, él vestido de camisa blanca remangada hasta los codos y corbata, le daba un aire de filósofo elegante y ya que estaba con los ojos cerrados, la cabeza inclinada hacia abajo y uno de los pies descansando por la pared, era la viva imagen de la arrogancia.
Puse la espalda recta y la cama se movió con mi nueva posición.
-Es de mala educación escucha