Lorenzo apareció en el sector donde se hallaba Facundo, poniendo nerviosos a los empleados que trabajaban allí.
Sin saludar a nadie, entró a la oficina del joven.
Facundo estaba agotado, estresado y estaba dominado por la impotencia.
¡Su madre estaba embarazada!
Cuando vio entrar a su jefe, ya lo estaba esperando, pero pensaba que a esa altura, su madre ya había hablado con él.
-¿Hablaste hoy con tu madre?
Las dudas del muchacho crecieron, pero ya no quería inventar más excusas.
-Sí…
-¡No me atiende el teléfono!
-¿No habló con usted?
Preguntó asombrado, su madre se lo había prometido.
-¡No, no hablamos!
-¡Ella me prometió que hoy hablaría con usted!
-¿Por qué te prometió eso? ¿Sabés algo? ¿Lo sabés?
Preguntó sin poder controlarse.
-Yo… creo ustedes tienen que hablar.
Dijo con resolución.
-No sé a qué está jugando, ¡Le ofrecí hasta mi vida!
-Lo sé… ella me prometió…
-No creo haber fallado tanto…
-La verdad es que desconozco a mi madre, no sé qué le sucede, ella ocultó muchas cosas.
-¿P