capitulo 2

Hary, punto de vista...

Estábamos en la clínica, este hombre había sido muy caballeroso y bueno conmigo, y yo me había comportado como una mula, me dio tanta vergüenza por mi comportamiento.

Aunque aún no dejaba de parecerme un imbécil, pero yo debía de aprender a comportarme.

Sí, él me había atropellado, pero todo había sido mi culpa, venía tan distraída escribiéndole a Mossy y a Betty, que no miré a los lados antes de cruzar la calle en el estacionamiento.

Me disculpé con él, pero no me había dado cuenta lo amable y apuesto que era, hasta que Betty, la cual es enfermera en esta clínica, sugirió que él era mi novio.

Lo peor fue que antes de irse le contó sobre mis accidentes simultáneos, y de donde nos conocemos.

Él se sentó a mi lado, y comenzó a hablar muy cerca de mí, eso me colocaba nerviosa, ya que era el hombre más apuesto que había conocido en mi vida, su cabello era negro, ojos azules, piel blanca y tersa, cuerpo musculoso, se le notaba que pasaba tiempo en el gimnasio, y tenía mucho porte y elegancia con su traje azúl marino, y aquella colonia que podía derretir a cualquier mujer a kilómetros de distancia, pero a mí me colocaba incómoda.

- Señorita Connor, ¿en qué tanto piensa?, es que me coloca nervioso, a veces me mira como si estuviera escaneando mi cuerpo, y luego vuelve a comer. - Me dice un poco coqueto.

Vaya, pero qué descarado, ¿cómo puede ser posible que me parezca tan guapo?, qué horror, eso me pasa por solo pensar en estudiar y graduarme, jamás tuve tiempo para tener hombres mi madre decía que solo eran perdida de tiempo.

Eso me recordó que debo ser fuerte y no ceder ante mis deseos carnales por muy lindo que sea el hombre...

Él se dio cuenta.

- Perdón, no debí de haber sido tan imprudente como para decir eso. - Se disculpa un poco nervioso, para luego dejar de estar sentado en la camilla a mi lado, y sentarse en el mueble de la habitación, apartado de mí.

Soy tan idiota que lo aparte de mí, que me pasa, ya tengo hasta dilemas mentales.

Sin querer hice un pequeño puchero.

- ¿Ocurre algo, señorita Connor?, ¿Le duele en algún otro lado? - Me pregunta preocupado.

Si me duele algo, y es mi corazón, no entiendo por qué me tiene que gustar un hombre tan guapo.

- No, no me duele nada, disculpe por todas las molestias ocasionadas, es solo que quiero ir al baño - 

Me levanté, y soy tan idiota que se me olvidó que tenía el yeso puesto, me iba a caer, y él rápidamente se levantó, y caí en sus brazos.

Mi boca estaba pegada a la suya, yo me había quedado helada, estaba inmóvil por aquel contacto sin previo aviso.

Él acarició mi mejilla mientras estábamos en el piso, y luego comenzó a besarme de manera suave, era tan sutil que me hacía sentir otro tipo de sensaciones desconocidas por completo para mi cuerpo.

Cerré los ojos, y me dejé llevar por él, su lengua recorría de manera invasiva mi boca, yo solo podía intentar seguirle el paso de manera torpe, mientras nuestros cuerpos estaban pegados.

Alguien entró a la habitación, dando un pequeño carraspeó, interrumpiendo nuestro glorioso momento juntos.

Yo estaba muy avergonzada, así que comencé a golpear al tipo para que se despegará de mi, parecía una sanguijuela, me soltó y gire mi cabeza para ver quien era, y allí parada estaba Betty.

- Chicos, este no es un lugar para esas escenas, ja, ja, ja. - Dice en forma de burla.

- Deja de burlarte de nosotros, ven a ayudarme, que por accidente caí encima del señor Welter. - Le digo muy avergonzada, mis mejillas ardían.

Enseguida me ayudó a levantarme de encima del cuerpo de aquel apuesto hombre.

Él se levantó, y se sacudió el traje.

- Betty, por favor, llévame al baño. - Le digo muy avergonzada.

Bajé la mirada para no tener que enfrentarme a las consecuencias de mis actos tan bochornosos.

Betty me llevó al baño, luego esperó afuera a que yo me desocupará.

Kan, punto de vista...

Está chica estaba loca, me beso y me golpeó, ja, ja, ja, ja, no puedo negar que me encanta.

No suelo durar mucho tiempo con ninguna mujer, ya que no les hablo de mis hijos, y siempre digo que suelo estar ocupado en el trabajo, solo las utilizaba debes en cuando para sexo, y me alejaba de ellas.

Comenzó a sonar mi teléfono en el bolsillo de mi traje.

Lo saqué, y decidí contestar, era mi pequeño Ken, suele llamarme cuando se me hace tarde para volver a la casa.

- Papá, ¿Dónde estás?, te estamos esperando para la noche de películas, Kany me tiene irritado con que esta noche quiere ver princesas, y Kailen, está insoportable con que él quiere ver dibujos animados, se comportan como dos insoportables, ayúdame, por favor papá. - Comienza a contarme sus quejas, como si yo pudiera solucionarlo todo.

Tengo tres hijos, mi hijo mayor Ken tiene 7 años, Kany y Kailen son mellizos, tienen 5 años, una hembra y un varón, son muy traviesos.

- Solo mantén la calma, llegaré pronto, solucionaré todos los problemas y discordias que hay entre ustedes, solo consígueme tiempo, pronto estaré allí, lo prometo. - Le respondo rápido, sé que los asuntos entre ellos siempre son urgentes, aunque a mi hijo mayor cuando estoy frente a personas desconocidas lo trato como a mis socios del trabajo, o a mi abogado.

- Está bien papá, le pediré ayuda al abuelo, sé que cuando hablas así, es porque estás en una reunión importante, esperaremos a que llegues. - Me responde un poco desanimado, luego cuelga la llamada sin esperar que me despida.

Desde que murió su madre hace cuatro años, siempre respeto los fines de semana para estar con mis hijos, los viernes, sábados y domingos, son para pasarlos juntos en familia.

Debo esperar a que a la chica la den de alta, para poder llevarla a su casa, y librarme de culpas, aunque entiendo el estrés y la frustración que siente mi hijo mayor, nunca antes había llegado tarde un fin de semana en 4 años.

Las chicas volvieron del baño.

La enfermera la deja sentada en la camilla, mientras la enfermera se me acerca y me dice - Ya vuelvo, iré por una silla de ruedas, ya la puedes llevar a su casa -

Ella volvió rápido con la silla de ruedas, ayudé a la chica a sentarse en ella, comencé a caminar, mientras la llevo al auto.

Subimos al auto, el silencio era incómodo, así que decidí preguntarle su dirección - ¿A dónde te llevo? - Le digo sin tapujos.

Un poco nerviosa respondió - Vivo a 5 cuadras de este lugar, en la calle #15 -

Llegamos al lugar, estacioné frente a su casa.

Luego quiso bajar sola del auto, pero la ayudé.

Abrí la puerta del auto, luego la quería llevar cargada hasta la puerta de su casa.

Ella estaba inquieta, - Por favor, bájame que vergüenza, todo el mundo nos verá - Comenzó a golpearme para qué la soltará, la dejé en la puerta.

Luego de que la bajé, casi se cae, así que tuve que tomarla de la cintura, nuestros labios quedaron pegados nuevamente, pero esta vez no desperdiciaría más el tiempo.

Comencé a besarla apasionadamente, de manera invasiva, podía sentir como ella se estremecía en mis brazos.

Hasta que fuimos interrumpidos por una chica que salió como loca de adentro de la casa, y quería atacarme con un cepillo de barrer.

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