Punto de vista, Hary...

Habían transcurrido ya tres días desde la última vez que ví a aquel par de idiotas, creo que están de viaje de negocios, ya que ninguno de los dos ha estado en la empresa.

Mis días transcurrieron tal y como si ellos jamás hubieran entrado en mi vida, era solo paz y tranquilidad, aunque para mí era un poco fastidioso y me daban ganas de salir corriendo a la oficina de aquel imbécil y molestarlo, después de todo son mis únicos amigos en este lugar donde todos compiten contra todos.

Muchas veces las secretarias y recepcionistas me tiran miradas de odio, si eso matará ya me habrían enterrado viva esas arpías, pero yo solo me ocupo de hacer mi trabajo y que mi supervisor sea quien le entregué cuentas sobre mi a mis jefes.

Se me hizo realmente lento el día, pero cuando por fin tenía que salir, fui interceptada en el baño de la empresa por un par de imbéciles.

Una de ellas me empujó contra la pared y luego me preguntó con ironía — ¿Así que tú eres la patética mujercit