Un nuevo comienzo...
Mientras la avioneta despega, Albert piensa sobre todo lo que ha pasado en su vida todos estos años. Mira a sus dos hijos, en silencio. Ellos son su razón para continuar, su razón de vivir a pesar de todos errores cometidos y de cada uno de los momentos difíciles que ha logrado sortear.
—¿Papá, veremos a nuestra abuela Bernardette? —pregunta con curiosidad, la pequeña Shirley.
—Sí, mi amor. Conocerán a su abuela en persona. Pero deben saber que ella está un poco enferma y tenemos que ser respetuosos y cariñosos a pesar de como actúe.
—No quería dejar a los abuelos, papá —interviene Sam.
—Podrás verlos cuando quieras y cuando ellos lo deseen, Sam. A veces la vida tiene nuevas oportunidades y hay que aprovecharlas.
—No quiero nuevas oportunidades, quiero a mamá, vivir en nuestra casa, visitar a los abuelos, eso quiero —responde con un tono algo retador.
—Mi madre me necesita, y ustedes me necesitan también. Sólo serán algunos días y volveremos a Madrid, a nuestra casa, pero