—Al fin me atiendes —espeta Antonella, un tanto remilgosa luego de un tercer intento por hablar con su prometido.
—Llegue a casa hace un rato, te estuve llamando pero nunca me contestaste. Luego me metí a darme un baño.
—Sí, es que una de mis amigas, tuvo un problema con su prometido, bueno su ex prometido y estaba tratando de apoyarla. Ya sabes como es esto. Pero también te llamé hace unos minutos.
—¿Sí? —Albert pregunta confundido ya que no vio ninguna notificación en su móvil. Revisa y nota que efectivamente ella lo había llamado. Recuerda entonces que su cuñada estuvo en su dormitorio y piensa que tal vez, ella revisó su teléfono.
—¿Pasa algo? —pregunta ella al notar su silencio.
—No, sólo verificaba la llamada que me hiciste, mi amor. Y sí, me imagino, que tu amiga debe sentirse muy mal. Siempre es bueno apoyar a quienes nos necesitan . —dice él pensando justamente en su ex cuñada.— Pero… por ahora no quiero hablar de cosas negativas, ya tuve bastante con lo de la empresa