Al dĂa siguiente en la ciudad.
— Aún no me has dicho a dónde me llevas. — Preguntó Rouse confundida a su amiga Annie.
La mujer rubia posĂł sus ojos dorados en Rouse para despuĂ©s sonreĂrle traviesamente.
— ¡Salón de belleza! ¡Hay que prepararte para mañana!
— ¿Mañana? — Preguntó Rouse sorprendida.
— ¿Que no te lo dijo Patrick? Anoche habló con ese hombre después de que tú aceptaras y quiere verte lo antes posible.
— ÂżPara que? ÂżAnalizarme como si fuera mercancĂa? — SonriĂł Rouse sarcásticamente.
— ¡No digas eso! — Exclamó Annie. — No serás cualquier objeto, si no la que lleve en su vientre al heredero de un billonario, después de esto serás rica~
"Pero ya llevé en mi vientre al hijo de ese billonario, aunque… Jamás permitiré que se conozcan"
PensĂł Rouse inquieta.
…..
Varios minutos después, en el interior del salón de belleza.
— ¿Que prefieres, pelirrojo o rubio? — Preguntó Annie viendo la revista.
— ¿Por qué preguntas eso?
— Tu nuevo estilo de cabello, debes cambiar un poco, no podemos arriesgarnos a qué ese hombre te reconozca por más años que hayan pasado.
— Jajajaja~
Rouse Becker comenzĂł a reĂr a carcajadas ante las palabras llenas de preocupaciĂłn de su mejor amiga.
— No es gracioso Rouse, tenemos que aumentar las posibilidades de que termines con éxito está misión.
— Se sincera Annie, tanto tu marido como tĂş lo eligieron para mĂ pensando que podrĂa suceder algo más entre nosotros, ÂżNo es asĂ? — PreguntĂł Rouse viendo fijamente a su amiga.
— Lo siento… — SusurrĂł Annie sintiĂ©ndose culpable. — Es solo que, Ă©l se va a divorciar y es el padre de tu hijo, ÂżNo crees que podrĂa existir algo?
— No, no lo creo; se casĂł con esa mujer y recuerdo que en ese entonces lucĂa muy feliz en las fotografĂas, era joven e ingenuo y querĂa ser feliz junto a su pareja pero tenĂa miedo de dar ese paso, lo pude ver cuándo nos conocimos; además, ellos duraron muchos años juntos asĂ que quiere decir que Ă©l la quiso o todavĂa la quiere y lo intentĂł todo lo que pudo, no se que impidiĂł que tuvieran hijos, pero… Creo que ahĂ hubo amor y yo me aprovechĂ© de Ă©l en esa fiesta, obtuve algo a cambiĂł, primero me le entreguĂ© como un juguete por una oportunidad en mi carrera y ahora nuevamente me le entrego por un futuro más sencillo… No soy para nada una buena mujer.
Annie miró con tristeza a su amiga y rápidamente busco cambiar el tema.
— Creo que el rubio te sentarĂa mejor, puedes hacerte rizos, aunque tambiĂ©n se te verĂa bien el rojo dejando al natural tu cabellera semi ondulada.
— Prefiero el rubio, me gusta más. — Contestó Rouse sonriendo forzosamente. — ¿También debo usar lentes de contacto? Han pasado cinco años desde que no lo veo, no creo que me reconozca, mi cuerpo ya no es el mismo de antes.
— Aún eres preciosa amiga. — Dijo Annie intentando animarla.
— Ni tanto, subà de peso un poco, mis caderas se ensancharon con el embarazo de James, soy ahora cinco años más vieja y mi vida se ha vuelto una desgracia al punto que tendré que dejar ir a mi próximo hijo o hija…
Ambas mujeres se quedaron en total silencio sin dirigirse las miradas.
Annie no sabĂa que decir y Rouse despuĂ©s de suspirar con pesar, extendiĂł su mano en direcciĂłn a su amiga.
— Pásame la revista, no usaré lentes de contacto, pero si cambiaré mi cabello, una vez fuà seleccionada para ser actriz ¿Lo recuerdas? Mi carrera no pudo extenderse a ese rumbo pero, creo que engañaré bien a ese hombre hasta el final.
••••••••••
La noche del dĂa siguiente habĂa llegado, Rouse se reuniĂł en uno de los Penthouse de ese billonario; ella revisaba atentamente el contrato que le dio el abogado del CEO Leandro Carletti.
La hermosa mujer castaña ahora llevaba su cabello ondulado pintado de un tono rubio claro, su forma de vestir también era bastante elegante y reservada con colores oscuros.
Rouse sentĂa como la mirada verde esmeralda de ese hombre estaba fija en ella.
La mujer de veintiséis años, comenzó a ponerse un poco nerviosa mientras revisaba el contrato, rogaba por qué no hubiera nada en ella que llamara demasiado la atención de ese hombre y recuerde el pasado.
De pronto, ciertas cláusulas comenzaron a llamar su atención.
"Patrick tenĂa razĂłn, este contrato me hace renunciar a cualquier derecho como madre del pequeño que nazca, ni siquiera podrĂ© verlo o saber su nombre despuĂ©s de que lo dĂ© a luz"
Pensaba Rouse leyendo parte por parte de todo el contrato.
"Si es niño recibiré el doble de lo acordado ya que es lo que él quiere, busca un heredero y parece que no quiere exponer a una hija a ese estilo de vida"
"TambiĂ©n aclara que está en proceso de divorcio y una vez me mudĂ© a su mansiĂłn es probable que vea de ves en cuando a su futura ex esposa, me prohĂbe acercarme a ella o dirigirle la palabra"
"Por supuesto, no puede faltar la cláusula que prohĂbe preguntar temas personales y familiares de Ă©l y desarrollar cualquier sentimiento romántico, hasta aclara que me abstenga y no mal entienda que cualquier buen gesto de Ă©l será por el bebĂ© y no por mĂ…"
— ÂżQue le parece señorita Becker? ÂżEsta de acuerdo o hay alguna cláusula que no comprende o quiere discutir? — PreguntĂł Ă©l abogado viĂ©ndo que Rouse ya tenĂa más de media hora leyendo.
Ella finalmente dejĂł sobre la mesa de cristal que tenĂa enfrente los archivos.
— No, no tengo ninguna duda y tampoco queja alguna, estoy de acuerdo con cada cláusula.
— Perfecto, en ese caso a partir de mañana comenzará el procedimiento en el laboratorio y lo repetirá cuántas veces sean necesarias hasta que esté embarazada.
Rouse asintiĂł y el abogado le diĂł una pluma con la que ella comenzĂł a firmar todas las secciones requeridas del contrato.
Una vez hecho, el hombre de cabello oscuro tomo los documentos y se despidiĂł de ambos diciendo que el contrato ya regia a partir de ese momento.
Ella asintió y él señor se marchó dejando a los dos involucrados solo en ese salón de estar.
— SĂgueme.
PidiĂł Leandro levantándose del sofá individual en el cual habĂa estado sentado en total silencio hasta ese instante.
Rouse hizo tal como ese hombre le dijo, hasta que vió que se adentro más en el lugar y él se detuvo frente a una puerta abriendo la misma y mostrando una hermosa habitación.
— Hoy te quedarás aquĂ, ya es bastante tarde, mañana continuarĂ© aclarando detalles.
Rouse se sorprendiĂł al escuchar eso, ella no planeaba quedarse.
¡No podĂa hacerlo!
Le habĂa prometido a James volver con Ă©l.
— ¡No! — ExclamĂł ella alterada. — No puedo, lo siento muchĂsimo señor Carletti, pero debo volver, tengo un compromiso.
Él frunció el ceño.
Rouse se sintiĂł nerviosa, pero aĂşn asĂ insistiĂł.
— Por favor, le pido que me dejĂ© ir, prometo llegar mañana temprano, además; el mismo contrato decĂa que yo no perderĂa mi libertad y podrĂa salir como guste con la condiciĂłn de siempre tener su aprobaciĂłn.
"¿Esa cláusula estaba ah� Creo que olvide pedir que se omita"
PensĂł Leandro.
Él se le quedó viendo seriamente a Rouse y después suspiró.
— No me mal entienda, solo lo dije por qué es tarde y no era amable de mi parte enviarla a su hogar a altas horas de la noche.
— Oh, es… Era eso… — Rouse sintió que su rostro comenzó a arder de lo avergonzada que se encontraba. — Lo siento… Le agradezco su preocupación, pero estaré bien.
— Mmm… — Leandro se quedó pensativo por unos segundos. — No tengo opción, vámonos.
— ¿Eh? ¿Irnos? ¿Dónde? — Preguntó ella no queriendo creerlo.
— Quiero acompañarla hasta su hogar y asegurarme que llegue bien, verá, estoy solo en este lugar por temas personales y no tengo a alguien confiable y discreto aquĂ con quien enviarla, de haberlo sabido antes le habrĂa pedido a mi abogado que la lleve.
— Lo siento, debà decir algo, que pena molestarlo…
Leandro sonriĂł amablemente.
— No se preocupe señorita Becker, no será ninguna molestia para mĂ.
"Demasiado dulce… Claramente está actuando, Ă©l no es asĂ"
PensĂł Rouse.
"Es incómodo… Hace que me sienta nerviosa con tanta amabilidad de su parte"
"Aunque hace un momento, cuando pareciĂł ligeramente molesto por mi respuesta… se veĂa más como el chico de hace cinco años"
SonriĂł la joven "rubia" viendo a ese increĂblemente atractivo hombre caminar al lado de ella en silencio.
"Lo que estoy haciendo es una locura, lo sé… pero necesito salir de esto sin problemas"
PensĂł Rouse incĂłmoda.