—¡Fue tu culpa! ¿Por qué debería ser yo la castigada? —Kylie agarró la manta para cubrir su cuerpo desnudo… hasta que se dio cuenta de que estaba completamente vestida.
Miró fijamente a Lord Ethan.
Él solo estaba allí, recostado, con los brazos extendidos.
Había una marca especial en su pecho.
Y vaya cuerpo tenía.
Hombros anchos, cintura firme, ocho abdominales…
Lo encontró terriblemente atractivo.
Un cuerpo así era demasiado peligroso.
Kylie tragó saliva.
Y cuando se dio cuenta de que llevaba un largo rato mirándolo, apartó la vista y se limpió discretamente los labios húmedos.
Su cara pasó de roja… a más roja todavía.
Lord Ethan quedó satisfecho con su reacción.
Sonrió con gusto, aunque enseguida volvió a su expresión fría.
—Fuiste tú quien me abrazó y pretendió hacerme cosas anoche.
Kylie admitía que le parecía guapo, pero eso no significaba que lo atacaría así.
Además… ¡qué descaro!
—¿Yo te abracé? Entonces ¿por qué estás en mi cama? —lo fulminó con la mirada—. ¡Estoy segura de qu