Arribé el día sin ganas. Apenas desayuné y me la pasé con aire taciturno hasta que llegó el momento de ducharme y cambiarme para la cita con Adele Flynn.
Sospechaba que ella lo hacía para compensar la ausencia de Tessa, y se lo agradecería infinitamente.
Revisé inútilmente mi teléfono, anhelando ver algún mensaje por parte de Dominic y dejé escapar un suspiro de decepción. ¿Qué estaba ocurriendo entre los dos? Sentía que una enorme brecha se había abierto entre nosotros y no entendía por qué.
¿Qué había hecho yo para que mi mejor amigo me odiase de esa manera?
Él fue el único, luego del desastre de mis padres, que se quedó a mi lado sin miramientos. No me juzgó, sino todo lo contrario. Me apoyó e incluso me consiguió trabajo en un restaurante de su familia y también haciéndole pinturas para que mi hermana no siguiera trabajando a un ritmo preocupante en muchos lados.
Acababa de ponerme una de las camisas que no solía usar porque detestaba verme formal, pero que debía usar si querí