El día de la presentación de su libro había llegado. Clara se despertó temprano, con el corazón acelerado y las manos ligeramente temblorosas. Miró por la ventana mientras el sol iluminaba lentamente la ciudad, bañando todo con una luz dorada. No podía creer que, después de tantos meses de esfuerzo, dudas y desvelos, aquel momento finalmente había llegado. Era el punto culminante de un camino lleno de aprendizajes y de redescubrimiento personal.
Lucas la observaba desde la puerta, con una taza de café en la mano y una sonrisa serena en el rostro.
—Hoy es tu día —le dijo suavemente.
Clara asintió, sintiendo cómo una ola de emoción la invadía. Se acercó a él y apoyó la frente sobre su pecho.
—No sé si estoy más nerviosa o feliz. Supongo que ambas —confesó con una risa breve.
—Eso significa que te importa —respondió Lucas, besándola en la cabeza—. Y eso es lo que hace especial todo esto.
La tarde llegó más rápido de lo que esperaba. La sala del evento estaba llena de luces, murmullos y s