—Resulta que ya lo sabías, parece que cuando mi hermano estaba contigo, mencionaba el nombre de Dafne con frecuencia, ¿verdad? —dijo Inés con arrogancia.
Sandra no entendió:
—¿Dafne está muerta?
—¿No lo sabías? Esa tonta de Dafne Veras se lanzó al mar y murió hace un año. No quedó ni rastro de sus huesos.
Cuando dijo la última frase, se veía evidentemente su satisfacción. Ella odiaba a Dafne. ¿Por qué alguien como Dafne merecía el amor de Hans?
Sin embargo, Sandra frunció el ceño y dijo:
—Pero la semana pasada comimos hot pot con Dafne, ella no está muerta.
—¿...Qué dijiste? —exclamó Inés, dejando caer el tenedor al suelo, causando un sonido claro y nítido.
Darío regresó en ese momento. Les dijo a las dos:
—¿De qué están hablando? Inés, ¿volviste a causar problemas?
Inés se apresuró a preguntarle:
—Hermano, ¿Dafne todavía está viva? ¿La viste con tus propios ojos?
Al oír eso, Darío frunció el ceño levemente. Respondió:
—¿Quieres buscarle problemas de nuevo? Ella se esforzó mucho por so