El Arrepentimiento Del CEO
El Arrepentimiento Del CEO
Por: A. Lannafer
Capítulo 1
—Hans, ¿estaremos juntos para siempre? —preguntó Dafne de dieciocho años, acurrucada en los brazos de Hans Rivera con el rostro enrojecido como una manzana.

En su mirada, se podía percibir claramente la admiración desbordante hacia él.

—Sí —respondió el chico firmemente con solo una palabra, devolviéndole una mirada ardiente.

Fijando la mirada en su hermosa carita, él aplicó bruscamente fuerza en su cintura definida y penetró profundamente en ella…

¡Era un intenso dolor!

Todo el cuerpo de Dafne tembló de dolor y sus dedos se clavaron en los músculos esbeltos del brazo de Hans.

Aunque había sufrido tanto dolor, ella levantó la cabeza y le mostró una sonrisa dulce. Dijo:

—Hans Rivera, te amo.

El joven secó suavemente las lágrimas de dolor de la chica con sus labios y la abrazó fuertemente. Anunció su posesión susurrando en su oído:

—Daf, tú siempre me pertenecerás, para siempre …

Dafne aferró su cuello con fuerza. Era como una sirenita que descubría por primera vez el sabor del amor, sonriendo radiante en su regazo.

Sin embargo, finalmente Dafne entendió un día que, la promesa de “para siempre” que habían formulado ahora, no eran más que una descripción para estos apasionados momentos hermosos…

Y la frase “te amo”, tampoco pudo resistir el impacto del “te odio”.

***

Ese día, se vieron en una sala de tribunal austera y solemne.

—Testigo Dafne Veras, ¿estuviste con el acusado Hans Rivera la noche del 6 de junio? —preguntó el juez.

—Sí —respondió Dafne.

El 6 de junio era el día en que Dafne cumplió la mayoría de edad. En lugar de celebrarlo con su familia, pasó toda la noche con Hans en su pequeña habitación alquilada.

Fue una noche tan apasionada que ella nunca podría olvidar en su vida.

Le dio a Hans su primera vez. Aunque Hans se esforzaba por evitar lastimarla, todavía perdió el control varias veces.

Desde el asiento de testigo, ella levantó la cabeza y miró hacia Hans, quien estaba en el banquillo de los acusados. Vestía un uniforme de presidiario y el cansancio era evidente en sus ojos rojos y su apuesto rostro, incluso desde lejos. Sin embargo, cuando él la miraba, siempre mostraba su suavidad en lo más profundo de sus ojos.

Después de pasar una semana detenido en la comisaría, había adelgazado mucho y parecía desaliñado. Sin embargo, nada de eso ocultaba su atractivo aspecto.

Hans era un genio con doble licenciatura en Finanzas y Derecho en la prestigiosa Universidad de la Capital. Aunque provenía de una familia humilde, con su habilidad, tendría un futuro brillante. Su mentor había predicho que él tenía un talento extremadamente raro y valioso. Porque no solo tenía una destacada comprensión en el cambo del derecho, sino que también contaba con un toque sensible en el ámbito financiero, incluyendo los aspectos del mercado de valores y las inversiones.

Podría tener un futuro brillante… Sin embargo…

—Testigo Dafne Veras, ¿está segura de que haber visto al acusado conduciendo un Mercedes Benz negro con la matrícula VAL-66-88 y atropellando a la víctima Alfonso Rodríguez el 6 de junio a las diez de la noche?

Un silencio sofocante llenó la sala del tribunal.

Pasó un minuto, dos, tres…

¡Bang!

El juez golpeó con su martillo y repitió la pregunta:

—Testigo Dafne Veras, por favor, ¡responda la pregunta!

En realidad, en la noche del 6 de junio, la persona que había cometido el delito era su medio hermano, Adam Veras. Después del accidente, huyó de la escena.

Para proteger a su único hijo, su padre, Fabio Veras, decidió dejar al hijo del chofer asumiera la culpa y fuera a la cárcel reemplazando a Adam.

Después de que Hans fue arrestado, se negó a admitir la culpa. Fabio la amenazó a ser testigo con la vida de su madre, Elba Molina, quien había caído por las escaleras y había quedado en estado vegetativo durante estos años.

En aquel entonces, Fabio se casó con su amante, Fiona Sandoval, en menos de medio años después del accidente, y la trajo devuelta a casa junto con el hijo ilegal, Adam Veras, quien era solo un año menor que Dafne.

Hace unos días, Fiona la amenazó con un cuchillo en el cuello para que identificara a Hans como el culpable del accidente. Debido a que Fabio era el alcalde de la ciudad de El Valmar, con su testimonio, tendría más de cien formas de enviar a Hans a la cárcel en colaboración con la Corte de El Valmar.
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