Capítulo 10
—¡Damián, no te vayas!

El repentino grito de Serafina rompió el ruido de la fiesta como un cristal hecho añicos.

Para impedir que Damián se marchara, ella se tropezó deliberadamente y estrelló su herida apenas cicatrizada contra la esquina de la mesa. La herida que casi se había cerrado se abrió de nuevo, provocando que la sangre fluyera. Sin embargo, de forma obstinada, extendió la mano hacia la figura de Damián que se alejaba.

La multitud se apartó como una marea, dejando solo el claro sonido de gotas de sangre cayendo al suelo.

Cuando Damián se volvió, encontró la piel empapada en sangre de Serafina, y esos ojos color suaves que siempre tenían trazas de risa, ahora estaban llenos de lágrimas. Su cara estaba pegajosa por la sangre, mientras sus labios pálidos repetían con terquedad palabras entrecortadas. —Damián, no me dejes. Eres todo lo que tengo, haré cualquier cosa si vuelves...

Al ver el estado de Serafina, Esteban no pudo evitar llorar. —Su cuerpo aún no se ha recuperado. La s
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP