POV de Diego
La tensión en el aire era insoportable. Sabía que se avecinaba un movimiento grande, un golpe que tenía el potencial de cambiarlo todo, pero la cuestión era simple: ¿lo vería venir a tiempo?
Me encontraba en la sala de reuniones de mi empresa, observando a los socios e inversores que esperaban mi decisión. Desde afuera, cualquiera diría que era un simple encuentro de negocios, pero yo sabía que era algo más. Esto era una guerra disfrazada de negociaciones.
—Señores, creo que todos sabemos por qué estamos aquí —dije con calma, cruzando los dedos sobre la mesa—. Los últimos ataques contra la empresa no han sido accidentes ni coincidencias.
Los murmullos comenzaron de inmediato. Algunos rostros mostraban sorpresa, otros solo interés. Pero había un par de miradas que intentaban no reaccionar, y esos eran los que más me interesaban.
—¿Qué sugieres, Diego? —preguntó Ricardo, uno de los inversores más antiguos.
—Sugiero que miremos a nuestro alrededor y nos preguntemos quién tien