POV de DiegoEl peso del momento era innegable mientras caminaba por el pasillo hacia mi oficina. Cada paso parecía tener un propósito, cada uno resonando más fuerte que el anterior. Mis pensamientos corrían, pero mi expresión permanecía firme, determinada. El juego en el que estaba a punto de entrar ya no era solo cuestión de negocios; ahora era algo personal. Dave había cruzado una línea, y las apuestas nunca habían sido tan altas.La puerta de mi oficina chirrió ligeramente cuando la empujé. El cuarto, quieto y silencioso, era un espacio familiar, pero todo dentro de él se sentía ajeno ahora. Mi mundo había cambiado, y ya no se trataba solo de números y estrategias. Ahora era sobre sobrevivir—sobrevivir en un juego que era más peligroso de lo que había imaginado. Pero incluso frente a todo esto, había algo que sabía con certeza: no iba a dar marcha atrás. No por nadie. No por nada.Me acerqué a mi escritorio, tomé asiento, dejando que mis ojos se posaran sobre los papeles esparcidos
POV de DiegoEl destino de la empresa y, más importante aún, mi propio legado estaban en juego. No era solo una cuestión de negocios; era algo personal. Dave y yo habíamos cruzado demasiados límites para que esto se resolviera de manera diplomática. No iba a retroceder, no cuando estaba tan cerca de acabar con él de una vez por todas.Había pasado años construyendo mi camino, demostrando que era más que un simple heredero de una fortuna familiar. Pero Dave siempre había sido una sombra, alguien que no solo buscaba mi caída sino que disfrutaba cada intento fallido de lograrlo. Esta vez, sin embargo, las cartas estaban a mi favor. Había trabajado incansablemente para reforzar mis alianzas, expandir mis operaciones y blindarme ante cualquier ataque que pudiera lanzar. Pero aún así, sabía que subestimarlo sería mi mayor error.Mientras revisaba los informes más recientes de la empresa, un mensaje cifrado llegó a mi teléfono. Lo abrí con cautela y en cuanto leí su contenido, mi pulso se ace
POV de DiegoEl Último Movimiento de DiegoMe paré frente a los ventanales de mi oficina, mirando la ciudad bajo mis pies. El horizonte, que solía darme satisfacción, ahora se sentía vacío. La victoria que había perseguido durante años finalmente era mía: el imperio de Dave se había derrumbado bajo mis manos. El hombre que traicionó a mi familia, que nos robó y creyó que podía marcharse sin consecuencias, ahora no tenía nada.Pero yo tampoco.En el momento en que Adriana salió de mi vida, supe que había perdido algo mucho más valioso que la venganza.La puerta de la oficina se abrió detrás de mí, y Robert entró con el rostro inexpresivo. Había sido mi aliado más cercano en esta guerra contra Dave, pero ahora parecía un hombre que traía malas noticias.—No te responde, ¿verdad? —preguntó.Apreté la mandíbula y negué con la cabeza.—Ni siquiera atiende mis llamadas.Robert suspiró y se apoyó en el escritorio.—Diego, debiste haberlo visto venir. Ella nunca quiso esto. Lo sabías.—Hice lo
POV de DiegoLa guerra había terminado.Después de años de planes, de sacrificios, de noches sin dormir y decisiones que me perseguirían el resto de mi vida, finalmente había logrado lo que me propuse: Dave estaba acabado.Su imperio, construido sobre corrupción y mentiras, se derrumbó como un castillo de naipes. Sus empresas quebraron, sus aliados lo abandonaron y su reputación quedó destruida. Lo dejé sin nada.Pero mientras me quedaba solo en mi oficina, con el whisky en la mano y la ciudad extendiéndose frente a mí, me di cuenta de algo: la victoria no sabía a nada.Porque en el proceso, había perdido algo más importante.Había perdido a Adriana.Después de la caída de Dave, Adriana se alejó.No hubo gritos, ni una pelea explosiva. Solo distancia. Fría, silenciosa e impenetrable.No me respondía los mensajes. No devolvía mis llamadas. Ni siquiera una señal de que todavía me tenía en su vida.Lo entendía.Para ella, la guerra contra Dave no solo se trataba de negocios. Se trataba de
POV de AdrianaEl sonido de los pasos de Robert resonó en la habitación antes de que pudiera verlo. El eco de sus zapatos sobre el suelo de cemento se clavó en mi pecho, cada paso marcando una distancia inevitable. Cuando finalmente levanté la vista, allí estaba él, de pie en el umbral de la puerta, con la mirada fija en mí, pero con la expresión de alguien que ya había tomado una decisión irrevocable.—Creo que es momento de que me haga a un lado —dijo, su voz baja pero firme, sin temblores, sin dudas. —Necesitas concentrarte en ti misma, Adriana. En lo que viene después.Un nudo se formó en mi garganta, tenso y pesado. Sabía lo que significaban sus palabras, pero no quería aceptarlas. No ahora. No después de todo lo que habíamos pasado.—Robert… —susurré, sin saber siquiera cómo continuar. —Tú has estado conmigo en todo esto. ¿Cómo puedes…?—Porque no soy la respuesta que necesitas —interrumpió, avanzando un poco, pero manteniendo una distancia prudente. —Siempre fuiste más fuerte qu
POV de Diego Mis pensamientos no paraban de ir y venir. Nancy. Siempre había sido la persona que parecía estar por encima de todo, la mujer llena de secretos. Pero ahora, poco a poco, todo comenzaba a desmoronarse. Sentía que ese momento estaba cada vez más cerca: el momento en que finalmente podría destruir todas las mentiras que había estado construyendo.Recordaba aquellos días llenos de confusión. Cuando me sonreía, me decía todo lo que quería oír, pero sabía—sabía—que había algo mucho más oscuro detrás de su fachada. Todo lo que hacía no era puro. Siempre había algo más, algo oculto.Me levanté y caminé hacia la puerta. Si quería seguir adelante, necesitaba ayuda. Elena. Ella podría ser la única persona que podría ayudarme a ponerle fin a todo esto.Elena ya me esperaba en la pequeña cafetería en la esquina de la ciudad. Sus ojos, tan afilados, parecían ver a través de todo aquel que estaba frente a ella. Y ahora, yo estaba frente a ella, listo para escuchar lo que tenía que deci
POV de DiegoHabía tomado decisiones que nunca pensé que tomaría. Había recurrido a aliados inesperados, personas que alguna vez consideré enemigos. Pero la vida te obliga a cambiar. Nancy no iba a caer por las mismas viejas tácticas que había estado usando. En algún momento, me di cuenta de que para derrotarla, tenía que soltar muchos de mis rencores, dejar atrás viejas enemistades. A veces, los mejores aliados no son los que esperas, y eso se convirtió en una lección amarga que tuve que aprender a la fuerza.Elena fue la primera en mostrarme que, quizás, podía contar con alguien que en el pasado había sido solo una sombra en mi vida. A ella la había conocido en un momento difícil, pero sus acciones recientes me hicieron reconsiderar. Había algo en su mirada, algo genuino que indicaba que, aunque el daño ya estaba hecho, no estaba más interesada en seguir manipulando las cosas desde las sombras. Ella había comenzado a arrepentirse de su pasado, y no podía ignorarlo.Esa mañana, me sen
POV de AdrianaMe senté en el borde de la cama, mis manos nerviosas sobre las sábanas. El aire estaba pesado, cargado de palabras no dichas, de sentimientos reprimidos. Diego estaba a mi lado, pero su presencia, en lugar de brindarme consuelo, solo aumentaba mi ansiedad. Sabíamos que todo lo que habíamos vivido había cambiado. Las palabras que habíamos compartido, los momentos que habíamos vivido, todos se sentían distantes. No éramos los mismos."Adriana..." Su voz era suave, cautelosa. Era como si temiera que al decir mi nombre, todo se desmoronara aún más. Pero lo que me sorprendió no fue su tono, sino la vulnerabilidad que se reflejaba en sus ojos. Diego nunca había sido una persona fácil de leer. Siempre había llevado sus emociones bajo llave, ocultas en algún rincón profundo de su ser. Pero ahora, parecía estar en la misma tormenta que yo, y por primera vez en mucho tiempo, no podía ignorar el miedo que ambos compartíamos."Diego..." mi voz salió quebrada, intentando encontrar pa