POV de DIEGO
En los negocios, las decisiones rápidas y precisas son mi fortaleza. En las relaciones… bueno, nunca me interesé lo suficiente como para llegar a ese punto. Siempre mantuve mis emociones fuera de la ecuación. Siempre supe cuándo alejarme antes de que algo se complicara.
Hasta que llegó Adriana.
Ella, con su mirada desafiante y su sonrisa que aparece solo cuando baja la guardia. Ella, que aceptó este contrato conmigo como quien acepta entrar a una guerra fría, con límites claros y reglas firmes. Ella, que sin darse cuenta, está desmoronando mi estructura, poco a poco.
He pasado los últimos días preguntándome en qué momento empezó todo esto. En qué instante dejé de verla como “la mujer que me ayudará a limpiar mi imagen pública” para comenzar a verla como… algo más.
¿Fue la vez que la vi quedarse dormida en el sofá, con un libro sobre el pecho y el ceño ligeramente fruncido, como si hasta en sueños estuviera peleando con el mundo?
¿O fue cuando me defendió frente a sus amig