Matías se queda petrificado.
Puede ser que ese hombre solo esté mintiendo, intimidando y así conseguir que lo suelten. Por lo que lo levanta sin miramientos y lo conduce a la patrulla.
-Vamos, oficial… ahórrese la molestia, solo va a gastar recursos de sus adorados contribuyentes.
-¿Le dijiste sus derechos? – Matías está nervioso, porque no es normal atrapar a alguien infraganti y que no se deje de hablar sandeces -.
-Sí, en cuanto le encontré la dr0ga – le dice Angelique -.
-Deberías callarte, no te conviene seguir diciendo todas esas cosas.
-No me importa, mi jefa me va a sacar de una vez… lo ha hecho con otros, no soy la excepción.
-Veremos…
Lo mete a la patrulla, pero no está tranquilo, su compañera lo nota extraño, sabe por qué. En la estación de polic&