Capítulo 11
En el momento en que se colgó el celular, Dante quedó atónito.

Lina nunca le había colgado el celular por iniciativa propia.

Rápidamente, marcó de nuevo, pero solo escuchó el tono frío de la grabación: "Lo sentimos, el celular que está marcando está apagado".

Entonces, le envió mensajes, pero ella lo había bloqueado.

El corazón de Dante se hundió.

Antes, por más enojada que estuviera, nunca habría hecho esto. Inmediatamente, pensó en la persona más cercana a ella: Linda.

Bajo la noche, condujo hasta el apartamento de Linda en Brooklyn. Cuando se abrió la puerta, ella lo recibió con una sonrisa fría.

—Vaya, pero sí es el gran jefe de "donar esperma para pagar deudas". ¿Qué haces aquí, buscar a la próxima receptora?

Dante ignoró su tono mordaz y preguntó sombríamente.

—¿Dónde está Lina?

—¿Cómo voy a saber? —Linda puso los ojos en blanco y, sin cortesía alguna, intentó cerrar la puerta.

Dante extendió la mano para bloquearla, la puerta se cerró violentamente sobre su mano, él gimió ahogad
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