Capítulo sesenta y tres
Una puta.
Se supone que soy una nerd, no una modelo con un vestido rojo pegado el cuerpo, unos zapatos de aguja y mis labios más rojos que cualquier otro rojo que pueda haber en la tierra.
Definitivamente odiaré el rojo desde ahora.
—Recuerden que le deben dar su nombre a la presentadora y luego esperar al mejor comprador —mi madre y yo nos levantamos de las sillas imitando a las modelos verdaderas—Que gane el mejor postor—una chica de facciones delicadas llega y nos guía hasta estar llegar al inicio de la tarima.
No sé que es peor, si tener que enfrentarme a todas las miradas que me observarán como me muevo, o Natalia dos modelos adelante cuchicheando con otras rubias y mirándome a cada rato.
—Ignora eso, clásico de tipas rubias