—¡Sí! ¡Digo, no, ese no es el amor de mi vida! ¡Pero sí lo quiero matar!
—¿Qué hizo ahora?
—¡Sigue con la puerca de Alexa! ¡Ahora está jugando con ella y yo…! ¡Y yo…!
—Tienes celos —le dice él sirviéndole otro vaso.
—¡¡Sí!! ¡Digo, nooooo! —se deja caer en un sofá con las manos enterradas en su r