*—Callum:
Luego de la velada en casa de Noah y Jace, Callum y Dominick pusieron rumbo al apartamento del alfa. La ciudad se desdibujaba a través de la ventanilla, pero Callum apenas prestaba atención al exterior. Todo lo que importaba estaba dentro de ese auto… y sentado a su lado.
Aquel hombre era suyo.
Todavía le costaba asimilarlo del todo, pero cada vez que lo miraba, cada vez que sentía su presencia cerca, el calor que se encendía en lo más profundo de su cuerpo lo confirmaba: no era un sueño, no era una fantasía. Dominick no era solo su alfa… era su compañero de vida. Su vínculo destinado.
Por más que la lógica intentara imponerse, por más que su mente quisiera poner barreras después de todo lo vivido, su cuerpo y su alma ya lo sabían con certeza. Estaban atados de una forma imposible de explicar con palabras.
Sus ojos se posaron en Dominick, que conducía con una mano en el volante y la otra aún descansando posesivamente sobre su muslo. Callum no pudo evitar sonreír. Era suyo. T