*—Callum:
Había sobrevivido la primera semana.
A pesar de que Callum creyó que, por lo que había pasado entre ellos y por las actitudes al principio del señor Delacroix, todo iba a ser un caos, se mantuvo tranquilo, como si lo que pasó entre ellos no hubiera ni existido.
Durante esos días, Callum se empapó de las rutinas del señor Delacroix. Porque que Jessie y su jefe se lo dijeran era una cosa, pero verlo en acción era otra muy distinta. Poco a poco, fueron formando una dinámica.
Callum llegaba por las mañanas, revisaba los pendientes del día anterior que otros departamentos habían dejado y, tras analizarlos, los clasificaba por prioridad. Los más urgentes eran los primeros en ser llevados al despacho del señor Delacroix para su revisión.
El señor Delacroix, por su parte, se mantenía profesional, con esa sonrisa cortés que parecía esconder mil pensamientos, y una mirada que a veces se demoraba más de la cuenta en él. No decía nada fuera de lugar. No hacía ningún movimiento indebido,