Pero encima ella quería comprarle una consola de videojuegos... Seguramente quería que se volviera adicto y se echara a perder. ¡Así su papá dejaría de quererlo!
Gabriel estuvo a punto de hablar, pero al ver la mirada esperanzada de Joaquín, se contuvo y solo asintió: —Está bien.
—¿De verdad? —Joaquín le acarició la mejilla a Gabriel— Ya que a Gabriel también le agrada mamá Carolina, entonces los cuatro podremos vivir felices como familia.
Por ahora mamá Carolina podía fingir ser buena con él frente a su papá.
¿Pero después qué? ¡Gabriel temía mucho que mamá Carolina lo siguiera tratando mal! Por eso, no le respondió nada a Joaquín.
...
Sofía llegó a casa, dejó su mochila y corrió emocionada hacia mí.
—¡Hoy Gabriel se disculpó conmigo frente a toda la clase! —exclamó entusiasmada mientras gesticulaba.
—¿En serio? —pregunté fingiendo sorpresa.
Sofía asintió con fuerza: —Sí, estoy muy contenta.
Luego se acurrucó en mis brazos, me rodeó con sus manitos y dijo alegremente: —Antes, cuando n