Capítulo 52
Gabriel miraba a Carolina con incredulidad. Él había tenido que conformarse con comida para llevar y panecillos fríos, ¿y ella se atrevía a decir que era difícil de controlar?

Joaquín miró brevemente a Gabriel antes de consolar a Carolina con voz suave: —¿Qué sucedió? —Gabriel tiene problemas digestivos, ¿no? —susurró Carolina contra el hombro de Joaquín, temiendo ser descubierta—. Me levanté temprano para hacerle una sopa, pero se negó a tomarla...

—¡Estás mintiendo! —exclamó Gabriel al borde del llanto. Ella solo había pedido comida para llevar esa mañana, ¡nunca le preparó ninguna sopa!

Joaquín apartó a Carolina y se sentó en el sofá, haciendo un gesto a Gabriel: —Ven, cuéntale a papá qué comiste esta mañana. Gabriel, sintiéndose aún más lastimado, le relató todo lo sucedido esa mañana a Joaquín. Al final, no pudo contener las lágrimas: —Me dejó solo cuando salió y luego me pegó.

Joaquín permaneció en silencio y miró a Carolina: —¿Tienes algo que explicar? Carolina se mordió el labi
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