Capítulo 21 —El mal de amores se cura con otro amor
Narrador:
Pasaron un par de días. Eros había desaparecido. Como si se lo hubiera tragado la tierra.
Sasha revisaba el móvil cada hora, buscando una señal suya; un mensaje, una llamada perdida, algo, pero no había nada. Le había escrito. Le había llamado. Incluso una noche, con la garganta apretada, le dejó un audio. Uno que terminó borrando segundos después de enviarlo. Nada. El silencio era absoluto. La impaciencia la llevó hasta su padre. Lo encontró en el despacho, como siempre, revisando papeles con esa mirada fría y calculadora que a veces la hacía sentir una intrusa.
—¿Dónde está Eros? —preguntó sin rodeos.
Roman levantó apenas la vista. Ladeó la cabeza con gesto tranquilo, como si ya esperara la pregunta.
—Me pidió unos días. Dijo que necesitaba despejarse.
Sasha frunció el ceño.
—¿Se fue?
—Sí. Un par de días. Nada grave.
—¿Hablas con él?
Roman apoyó la pluma con calma, la miró un instante y asintió.
—Todos los días.
Sasha tra