Capítulo 184 —Muerte… o libertad
Narrador:
La mansión Suárez estaba en silencio cuando Renzo Santini llegó acompañado de varios de los suyos. Los guardias lo dejaron pasar sin resistencia: todos sabían que Suarez tenía negocios con el italiano, y nadie se atrevía a detenerlo. Caminó con calma hasta el despacho principal, el sonido de sus pasos resonando en los pasillos como un presagio. Mauricio Suárez estaba sentado detrás de su escritorio, el ceño fruncido, agotado por las últimas horas. Cuando vio entrar a Renzo, se tensó, pero no se movió.
—¿Qué haces aquí a estas horas, Santini?
Renzo se acomodó la chaqueta con una sonrisa helada.
—Traigo noticias, Mauricio. Azucena ya está muerta. La hija del Diablo fue rescatada. Y ahora él vendrá por ti.
Mauricio se puso de pie de golpe, la respiración entrecortada.
—¿Muerta? —su voz se quebró —¡mi hija!
Renzo ladeó la cabeza, con una calma venenosa.
—Sí, tu hija, y murió gritando, y créeme que esa horrenda muerte será una risa comparada c