Capítulo 28 — Iré por palomitas.

—Vayamos al hospital, Larissa. —Evan me sostiene del brazo. Grandes gotas de sudor se deslizaban por mi frente; me sentía muy débil y con el estómago revuelto. —Quizás te intoxicaste. Es peligroso que...

—Estoy bien, Evan... Solo necesito dormir un poco.

He estado diciendo eso desde que llegamos a la casa de playa de mi amigo. Durante todo el viaje me estuve sintiendo mal, y las cosas empeoraron al llegar. Evan se encargó de que Liv no se asustara por mi estado y la llevó a la playa y a un parque de diversiones mientras yo intentaba descansar. Pensé que mejoraría después de una corta siesta, pero no fue así. Me sentía peor.

Ahora incluso me mareaba más.

—Has estado durmiendo desde ayer... Solo te levantas a comer y luego a vomitarlo todo. —El tono de voz de Evan estaba lleno de preocupación. Nunca antes me había visto así. En realidad, yo también estaba un poco sorprendida; no solía enfermarme con facilidad, pero suponía que con tantos cambios y estrés, era normal que me sintiera así.
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